Tenemos un gran deseo de ver a los hombres identificarse con el propósito para el cual fueron creados, y luego desarrollar ese propósito a través del discipulado, así como de la tutoría, para seguir a Jesús y convertirse en pescadores de hombres. Es muy importante que los hombres entiendan que Jesucristo es nuestro ejemplo de ser profeta sacerdote y rey, nosotros como hombres necesitamos conocer y entender nuestra responsabilidad ante Dios así como nuestra familia.

El hombre como Profeta: Tiene la responsabilidad de hablar en nombre de Dios a su familia. Guiándolos como el Señor lo dirige y conduce, mientras lo busca diariamente a través de la oración y la lectura de la Palabra y en la meditación estando quieto para escuchar la voz de Dios y mientras escucha de Dios comparte con su familia.

El hombre como Sacerdote: Tiene la responsabilidad de conducir a su familia a Dios. Mientras modela para su familia la vida de Cristo. Por su amor y humildad, obediencia a Dios, integridad de corazón, acciones y abnegación. Su familia entonces, debido a su amor a Dios, puede confiar en él como sacerdote del hogar y seguir a Jesús también.

El hombre como proveedor: Tiene la responsabilidad de proveer para las necesidades de su familia de acuerdo a la Palabra de Dios financiera, emocional y físicamente, pero lo más importante es que debe proveer para sus necesidades espirituales.

El hombre como protector: Tiene la responsabilidad de ser vigilante de su familia. Al estar alerta a través de la oración y la intercesión con sabiduría y discernimiento de Dios, podrá protegerlos no sólo físicamente sino, más importante aún, en lo espiritual. Como un pastor protege a su rebaño, así un hombre protegerá a su familia.